El nuevo Hyundai i20 de Scalextric, ya sea en su versión WRC o Rallycross (RX), tiene muchas de las bondades que necesita una carrocería para que una vez preparada y con un chasis impreso en 3D, tenga éxito. La carrocería es ancha y bajita, aunque es cierto que unos milímetros más de batalla le vendrían bien para que fuera más efectivo en tramos de curvas largas. Pero sobre todo el peso es muy contenido y eso ayuda a bajar el centro de gravedad de nuestro coche. Por este motivo empiezan a salir ya chasis al mercado para este modelo, y uno de los primeros ha sido GAF, que en esta ocasión nos trae un chasis 3D para montar el motor en ángulo en configuración de Grupo N.

El chasis GAF, como de costumbre, tiene unos acabados espléndidos, un poco por encima de la media, lo que hace que su montaje sea más sencillo al encajar todo a la perfección. Los tornillos entran justos, sin holguras pero con precisión. Una vez montado no hay nada que quede mal ajustado, lo que es de agradecer. Además, tiene un aspecto liso, no tiene rebabas y da sensación de solidez. La gente de GAF incluso se ha permitido el lujo de diseñar un bonito difusor trasero que le queda de maravilla al modelo visto en pista. Todo un acierto. Para nosotros lo mejor es sin duda lo bien que queda en la carrocería. No roza ni se engancha cuando dejas los tornillos un poco sueltos.

Ya sabemos que el coche es precioso y que el chasis tiene buena calidad, ahora vamos a la pista. En nuestra ocasión, hemos mantenido la carrocería original, sin aligerar. Es decir, no lleva una bandeja de pilotos de lexan, sino la propia de plástico inyectado de Scalextric. Ponemos el coche en pista, y a rodar. El coche mejora ostensiblemente al de serie, siendo ahora mucho más seguro y mucho más fiable en sus trazadas, y eso que el i20 de Scalextric es uno de los mejores coches de caja que puedes tener de la marca, pero al final un chasis 3D es otra liga.

El coche va por donde le dices y no hace casi extraños. Pese al motor en ángulo, se le nota ligero y lo puedes colocar de la trasera a la entrada o salida de las curvas. Los cruces, ya sea en recta o en curva los pasa de forma ágil, ayudado por una batalla corta que le facilita cambiar de dirección. Donde más peca es a la salida de las curvas, ya que tiene menos tracción de la que esperaríamos tanto de un chasis 3D como de un coche con motor en ángulo, lo que le penaliza mucho a la hora de sacar tiempos. Intentamos subir el ritmo y empezar a mirar el crono. Lamentablemente, éste no es el hábitat del i20 con el chasis GAF. Buscando los límites se empieza a mostrar algo crítico, especialmente del eje trasero. Es cierto que de delante, sin ser de los mejores, al menos es predecible. No vas a poder entrar frenando hasta el vértice en una horquilla, pero tampoco te va a hacer cosas raras si conduces de forma ordenada.

La trasera es otra historia. Si yendo calmado era divertida y juguetona, buscando tiempos es incontrolable por lo inesperado de sus reacciones y su falta de agarre general. La misma curva que en una vuelta la pasas a un ritmo endiablado aprovechando el magnetismo del motor, en la siguiente vuelta el coche pega un latigazo quedándose echando ruedas sin avanzar. Esto deriva en absoluta falta de confianza para el piloto, que acaba conduciendo siempre a un ochenta por ciento de las posibilidades del tramo.

Es por tanto un chasis recomendado como mejora notable para el de serie, con el que pasarlo bien en casa o en el club de manera tranquila, pero no para competir, ya que la falta de agarre y la criticidad de conducción no lo hacen recomendable para estos menesteres.

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