En la primera parte de este artículo doble, quedamos gratamente sorprendidos del excelente rendimiento que obtuvimos con el chasis de PETG de la marca GAF. Hoy le toca el turno al chasis reforzado con carbono. Este chasis, agujereado hasta en treinta y cinco ocasiones a lo largo de toda la longitud del coche, está un poco peor acabado que su hermano de plástico, pero eso no impide que todos los componentes acoplen a la perfección. Es simplemente un tema estético.

Vamos al tramo con el coche y empezamos a dar gas. A un buen ritmo pero sin forzar la cosa, el coche va de maravilla, hace todo según le pides. Es un coche con pocos movimientos parásitos, no tiene ganas de “menearse” ni de guía ni de eje trasero. Como parece tan seguro en la pista, empezamos a apurar algo más. Oh, susto. Uy, casi. Uf, por poco. Ese es el nivel de estrés. Si quieres empezar a hacer tiempos serios y apurar cada centímetro en las frenadas y salir de la curva acelerando abriendo gas pronto, el coche se descompone. Y lo peor no es que lo haga, es que es aleatorio. En la misma curva, pasando dos veces a la misma velocidad, en una de las pasadas puede ir pegado al carril por su sitio y en la siguiente levantar un poco una rueda y finalizar con una derrapada antológica.

Si le pones muchísima atención, te esmeras en anticiparte a las reacciones y eres suave en la conducción, puedes llegar a ir bastante rápido. Pero claro, todo esto a tramo conocido. En un tramo desconocido, eso es imposible. Creemos que la razón de este comportamiento tan brusco está en la flexibilidad no uniforme del chasis. El material por sí mismo es mucho más rígido que el PETG al llevar refuerzo de carbono, pero al tener el chasis agujereado, hay zonas que sí flexan bastante. Es esa variación de flexibilidad en las diferentes zonas del chasis lo que hace que en función de dónde cargue el peso o de dónde sufra los esfuerzos, tendrá una reacción determinada o la contraria.

Es una pena, porque parece una excelente base y punto de partida, pero donde su hermano de plástico brilla, éste sólo puede hacer bulto. No es un mal chasis, en absoluto. De hecho mejora ostentóreamente (léase Jesús Gil) al original de FLY Racing. Pero está claro que compite en una liga diferente. Compite en la liga de los buenos coches, no como su hermano de plástico, que podemos considerar que está al nivel de los mejores.

Como sois unos p**** pesados con los tiempos, que os creéis todos unos “pros” de esto del slot, os dejamos la comparativa de los tres modelos:

Tramo sucio:    KS 67”45           GAF 67”39       GAF (C) 67”95

Tramo medio:   KS 53”64           GAF 53”89       GAF (C) 54”62

Tramo limpio    KS 61”14           GAF 62”98        GAF (C) 63”97

Así las cosas, nos encontramos por primera vez con un chasis que no sólo hace sombra, sino que bajo ciertas condiciones, mejora al chasis de Kilslot Race Soft: el nuevo chasis de Gatillo A Fondo de PETG.

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